La patronal turística exige y el gobierno dispone.

La patronal turística exige y el gobierno dispone.

Ante la quiebra de la compañía Thomas Cook, las patronales turísticas canarias, se han dado mucha prisa en correr para exigir a las administraciones públicas canarias y estatales una gran cantidad de medidas, el 80% de ellas sufragadas por las arcas públicas como no;  para contribuir a mejorar sus negocios privados.

Mientras estas patronales han estado, durante años y años, ganando dinero a espuertas nunca los hemos visto correr a reunirse con presidentes del Gobierno canario ni con la Secretaria de Estado de Turismo para proponer medidas y que   sus millonarios beneficios sean compartidos. Ni tampoco se han preocupado en crear fundaciones o sociedades para que la riqueza que les genera la explotación del turismo y de nuestra tierra, de nuestra cultura y de nuestras gentes repercuta en mejoras sociales.

Parece y los hechos así lo dan a entender, que si estas patronales no se han preocupado de prever contingencias de este tipo o cualquier otro, al que el «sector» está sometido, será porque como profesionales son bastante mediocres.

Acaso se han despreocupado de que  el «sector» se caracteriza por sus crisis cíclicas y sus muchas variables. Entonces, en realidad, no son tan buenos profesionales.

Ellos, siempre en el papel de pobres víctimas, lo único que les preocupa es poner la mano. Exigen pagar menos impuestos y que los impuestos de los demás también sean para ellos. ¿Que contribuyen a esquilmar las arcas públicas? No importa!!

De vergüenza!!

Todo esto nos demuestra que el modelo turístico, que con ayuda de los políticos y sus leyes pretenden seguir manteniendo, es un suicidio económico y social para Canarias. Un monocultivo que conlleva explotación en todos los sentidos, laboralmente con trabajo esclavo y precarización del empleo, que no respeta el lugar, ni la cultura ni los derechos constitucionales de las personas que vivimos aquí; que somos los anfitriones que recibimos a ese turismo y que lo sufrimos, también.

Un modelo que, a pesar de las prescripciones de la Organización Mundial del Turismo, no es sostenible ambiental  y mucho menos socialmente.

Recordar también, que el modelo turístico que se propugna por parte de la patronal y es apoyado por los políticos canarios mediante la aprobación de determinadas leyes como la Ley 2/2013 y el Decreto 85/2015 atentan contra los derechos constitucionales de los residentes en barrios con potencialidad turística de todos los municipios turísticos canarios; esto es, el derecho a la propiedad privada, el derecho a la libre residencia y a la herencia. Y, cercena de raíz el derecho de todos los canarios a acceder a comprar un bungalow o apartamento para su uso y disfrute en dichos municipios turísticos de Canarias.

Y ahora, ¿qué?, en esta situación de caos del «sector», ¿que pasa con los miles de inmuebles (apartamentos y bungalows en barrios con potencialidad turística) secuestrados por las empresas explotadoras por mor de la dicha Ley 2/2013 y su Decreto?. Dicha normativa ha obligado a los propietarios de dichos inmuebles a  cederlos, exclusivamente, para la explotación turística y no permite que sus legítimos propietarios las recuperen para su propio uso y disfrute. Las empresas explotadoras no pagarán las rentas a los propietarios y tampoco los propietarios legítimos podrán recuperar el uso de sus inmuebles.

Y ahora  ¿qué? si en la época de las vacas gordas, los políticos y sus normativas no  contemplaron la vuelta atrás de la situación.

Y hora ¿qué? si en su tremenda avaricia nunca pensaron en un plan B.

¿Todos esos miles de inmuebles se abandonarán y poco a poco quedaran en estado ruinoso? El estado ruinoso y de abandono en el que los explotadores dejaron los complejos cuando fue época de vacas flacas y empezaron a desprenderse de ellos poniéndolos a la venta.

Solo que ahora con el cambio de normativa que prohíbe el uso residencial de dichos inmuebles será la ruina de los pequeños propietarios. Porque, quién va a comprar un apartamento o bungalow que no se puede usar para vivir, ni como segunda residencia, ni para rentar. ¿Quién va a comprar un inmueble  que solo se puede destinar  para uso turístico? ¿Qué nombre tiene toda esta confabulación?.